El Evangelio según San Mateo.
Se acerca la Navidad, en definitiva una fluctuante desmedida consumista. Claro está, gracias a una sociedad acogida en la sobreabundancia. Solo tiene uno que salir a la calle o enchufar la tele para saber de lo que estoy hablando. Esta tarde con Logan y Thor hemos transitado por la calle Goya, plaza de Felipe II, calle Alcalá hasta tener conocimiento de lo que estaba pasando. El hormiguero humano. Nuestras posibilidades de actuación en El Corte Inglés o en los comercios de la zona son limitadas por lo que hemos recurrido al puro paseo y al admirar el titánico esfuerzo de nuestro alcalde por iluminar masivamente la ciudad. Entre tanta fanfarria navideña y cultura oficialista, recordaba mientras tiraba del carrito del niño la figura de Jesús de Nazaret. El interior de la cabeza del lector bulle ante lo que acabo de escribir. Lo primero que pienso es en el Jesús de Pier Paolo Passolini, profundamente bello. Pienso lo lejos que está aquella traza, tan exacta al Evangelio, de la demostración vista de nuestra cultura.
Passolini era ateo y comunista, sin embargo percibe la figura de Cristo como una fuerza vital que se opone a la hipocresía más sucia del ser humano. El Jesús de Passolini es sencillo, realista, distante del profuso y ultraterrenal ser divino. No recordaba la música del film, si que me había cautivado mucho, y he visto que hay fragmentos de la obra de Sebastián Bach (cosa que podría haber intuido).
El caso es que la figura de Jesús ha llegado hasta mi, residente en mi corazón, por las razones apuntaladas a lo largo de mi infancia por mi padre, por las lecturas posteriores y por el cine. Mi amado padre me habló en mis débiles sueños de Jesucristo con orgullo y por desgracia, no se vio correspondido. Sin virulencia pero con convicción colaboraba en la idea de la fuerza de la razón de las que eran buenas personas y en eso, se las componía para que la fundamental justicia prevaleciera. ¿Cuantas veces armándose de tal valor trataba, con la familia por medio, de “desfacer” entuertos? ¿Cuantos compromisos embarazosos tuvimos que soportar estoicamente por tales principios?. Se expresó con absoluta libertad ante cualquier tipo de manifestación o acto y se equivocó o acertó, como correspondía a su talante cívico. Mientras, hasta los doce o trece años asistí a la misa de once de los domingos, con profusa asiduidad, hasta que un día su amigo Julio, comunista, le trasformó en sus ideas y en las distintas transparencias de los valores absolutos. Ese otro personaje que renacía, también me enganchaba, como sucede con la cautiva montaña.
Por aquellos años de juventud pude ver en Televisión “El Evangelio según San Mateo”, y las imágenes en blanco y negro del film, las de aquel actor rígido de aspecto judío que me emocionaron. Era puro romanticismo, de una sinceridad tremenda.
A día de hoy, pasaron algunos años, y es innegable esos momentos clave en tu vida. También recuerdo con mucho agrado el libro ”El Evangelio según Jesucristo” de José Saramago y “Vida de Jesús” de Ernest Renan. Mi interpretación de las cosas me acerca a las sensibilidades extraordinarias y revalorizo así, aquellos discursos desatendidos y aquella sabiduría ya perdida de mi padre, del que se entregaba con toda humanidad.
1 comentario
Moebius -
Saludos