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el rayo verde

Acaba de morir Mario Benedetti.

Acaba de morir Mario Benedetti.

Aquella tarde crucé Madrid protagonizado por una mujer. George no me ubicaba. Quedábamos a escondidas. Cogí el 28 y las ilusiones se reflejaban en los cristales oscuros. Mare había llegado de Oriente esa primavera como una flor de cerezo. Nos conocimos gracias a George y vislumbramos las coordenadas eternas del amor a través de la imagen exclusivamente. Cuando nos pusimos a conversar un arco iris se desplegó. Amaba a Benedetti. Fuimos amantes.

 Habíamos quedado esa tarde y no sé porqué, me bajé unas paradas de autobús antes. Me apetecía pasear y estaba la Feria del libro en el Parque del Retiro. Recorrí el paseo principal dónde las casetas se hallaban asediadas por las masas de lectores. Algunos autores firmaban ejemplares y se producían extrañas conexiones. De repente, vi a Mario Benedetti. Menudo, encañonado por los diálogos de verdaderos admiradores y enfrentado placidamente a los diversos procesos que allí transcurrían. Con su trabajo, con su gente, con sus puestas de sol... allí estaba.

 En un esfuerzo mínimo me permití agarrar un libro de sus poemas y sosteniéndolo como pude, se lo acerque. “A Mare, por favor. Quiero se lo dedique a una persona sobre la que usted ejerce un raro poder abstracto”. Mario alcanzó el libro con la compresión de un arquitecto ante un arco de medio punto. Analizando rápido la petición y con la sensibilidad alargada a su puño, escribió algo sencillo. “Espero que su amiga comprenda”.

 Con ese tesoro bajo el brazo marché hacía el lugar de la cita, la iglesia de Los Jerónimos, muy cerca del Museo del Prado. Cuando Mare vio el libro sonrió, con la deliberada sonrisa de una musa. No tenía ni idea de lo que iba a ocurrir.

4 comentarios

Anónimo -

Qué preciosa anécdota. No puedo dejar de leerte!

Acabo de firmar en el post: Huellas en la niebla.

Ah, por cierto mi blog es: http://escapistahoudiniana.blogspot.com/

Y mi agradecimiento fue porque pasaste por ahí!

:)

el rayo verde -

Fiorella , es bueno saber esas cosas. Más allá fuiste d elo q parece.
Mayte, razón a la q me adhiero.

fiorella -

Seguro que comprendió. Mi encuentro fue más cotidiano, en un ómnibus de Montevideo. Hasta ese momento era una imagen creada por mí, de tanto leerlo me lo imaginaba. Ahí estaba, pequeño, con bigote tupido como de vasco y esperando llegar a destino. No me animé a nada y me quedé sentada mirandolo muy de vez en cuando. UN beso

Mayte -

Benedetti debió haber escrito tantas historias en la vida de cada uno de los que alguna vez lo leyeron que seguramente donde se encuentre seguira con su labor...

Un bikiño me alegró volver a leerte en mi ventana.