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el rayo verde

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Zorori, el extraordinario.

Zorori, el extraordinario.

Gracias  a Logan estoy al día de la extraña difusión de los dibujos animados que cubren parte de los trayectos de mi utopía televisiva. Los habitantes esporádicos del salón son ahora los héroes de Clan TV: “Zorori, el extraordinario”, “Pretty Cure”, “Código Lyoko” y “Vickie, el vikingo”.

En esta “republica independiente de mi casa” el fútbol y el cine pasan a otro plano de la realidad, al paraíso soñado en otra jurisdicción, a la casa de mi vecino jubilado. Logan y Thor, durante estas vacaciones navideñas, están en esa fortaleza que dan las series del canal infantil, es la cara de la Globalización.

En las incursiones que hago por los episodios de las aventuras del Gran Maestro Zorori no hay arrepentimiento. Confieso que son un descubrimiento aunque, alejados de aquellos horizontes idealizados de las series o películas de cuando era niño. No queda más que tratar de dosificar estos universos animados y retornar al confortable planteamiento de unas vidas sin desencanto y sin malicia, y dar preponderancia al mundo de fantasía de “esos locos bajitos que se incorporan” a nuestras vidas.

Los Roper ( 1977-1980). Reino Unido.

Los Roper ( 1977-1980). Reino Unido.

TITULO ORIGINAL: George and Mildred (TV Series)
AÑO: 1976
PAÍS: REINO UNIDO 
DIRECTOR: Peter Frazer-Jones
GUIÓN: Brian Cooke, Johnnie Mortimer
REPARTO: Yootha Joyce, Brian Murphy, Norman Eshley, Sheila Fearn, Nicholas Bond-Owen, Avril Elgar, Reginald Marsh 
PRODUCTORA: Thames Television 

Esta serie británica de T.V. la compartí extenuadamente con mi padre en el salón de casa los días que la echaban en TVE. Duró hasta mediados de los años ochenta y cuando en medio del éxito murió Yootha Joyce, la que hacía de Mildred de este matrimonio sin igual, todos lo sentimos mucho. Para mi pasó a la historia como una de las series estupendas que nunca olvidaré. Las formas grotescas y ratería de George Roper eran una coña. Todavía recuerdo a mi padre cómo se descojonaba de los impresentables protagonistas. De alguna forma, ocurría una simbiosis cómplice en el ambiente cuando comenzaba a aflorar la mezquindad de George Roper, tenaz en sus ataques a la "buena" sociedad británica como tenaz era en el cuidado de su canario.